sábado, 22 de noviembre de 2014

La incoherencia como enemigo




No toleramos la incoherencia. Eso es así, tanto a nivel consciente, como a nivel subconsciente. 

Cuando nos damos cuenta de lo primero y la observamos en otras personas nos formamos nuestras opiniones y en algunos casos las manifestamos tratando de corregir esa actitud, o en otros, directamente nos callamos y creamos un esquema mental que nos servirá a futuro, para no tener que formarnos nuevamente esa opinión. 


Incoherencia: Falta de coherencia.
Coherencia:
1. f. Conexión, relación o unión de unas cosas con otras.

2. f. Actitud lógica y consecuente con una posición anterior.

De tal manera, que si observamos una conducta “incoherente” en cierta persona, tenderemos a pensar
que todo lo que hace posteriormente lo realiza de la misma forma, perdiendo su credibilidad para con nosotros y no teniendo ninguna influencia real en nuestra forma de pensar/actuar. Pudiendo equivocarnos en esa ocasión haciendo caso a nuestra idea preconcebida.


Ejemplos de incoherencias que pueden generar un esquema mental:

Un padre (o madre) que fuma como un carretero, prohibiendo a su hijo fumar.

Un político/banquero (ya sabéis por donde voy), que predican unas cosas y luego actúan de forma corrupta, mandando un mensaje contradictorio y por supuesto, incoherente a su cargo.

Alguien que dice ser tu amigo pero que no se comporta como tal…

Ese tipo de actitudes, aunque se produzcan una sola vez, pueden determinar la imagen, que a futuro, tengamos de esa persona y lo que pensemos de ella en adelante. De ahí, que tengamos que comportarnos coherentemente a lo que decimos que somos, o pretendemos ser, ya que corremos el riesgo de convertirnos en “una mentira con patas”.

No confundir Coherente con MAJO. Este es lo que es, y se comporta como tal.



Especial cuidado hay que tener con las incoherencias internas o subconscientes. Que aunque no os lo creáis, también existen. 

Estas son más difíciles de detectar y sólo tras tomarnos un tiempo a reflexionar al respecto nos daremos cuenta de que están ahí y que, curiosamente, también pueden llegar a marcar nuestra forma de sentirnos, no ya de actuar. Incoherencias tales como marcarnos unas tareas y luego no hacer nada por realizarlas.
 
Querer dejar de fumar y siempre dejarlo para mañana.

Tener pendiente decirle a alguien que le quieres y nunca soltarlo cuando tienes la oportunidad.


No tener trabajo y no hacer lo posible por buscarlo.


Se me ocurren unas cuantas, pero mejor os dejo pensando las vuestras, que seguro las tenéis (como todos). 

El problema con este tipo de actitudes incoherentes que arrastramos sin darnos cuenta, es que luego tienden a producir sensaciones desagradables como la ansiedad, la tristeza, el agobio y la frustración. Y daros cuenta, que estar envuelto en este tipo de sentimientos, no ayudan en nada en nuestro día a día, todo lo contrario. Las depresiones suelen llegar por ese camino.

Por eso, os invito a COMPORTAROS SIEMPRE DE FORMA COHERENTE a lo que pensáis de vosotros mismos. Hacedlo en lugar de dejarlo para otro día. Seguramente, obtengáis los resultados que obtengáis de los demás, interiormente os sintáis mejor con vosotros mismos, y acabaréis rodeados del tipo de gente que deseáis y que os admiran por lo que realmente sois, y no por lo que intentáis demostrarles.


Un saludo a todos.

El auténtico Juan Félix Ibarreche.




No hay comentarios:

Publicar un comentario