sábado, 3 de enero de 2015

RECIPROCIDAD

RECIPROCIDAD (R.A.E)

1.  f. Correspondencia mutua de una persona o cosa con otra.



Poca cosa dice la RAE para donde quiero llegar. La reciprocidad es una norma psicológica, una actitud, que a todos nos afecta. Y a pesar de que, seguramente, ahora no entiendas de lo que hablo; si te digo “Ojo por ojo, diente por diente”, rápidamente sabrás a que me refiero. Esta acepción “bíblica” no es la que me interesa abordar.

Unos cuantos ejemplos:

1- Navidad.  Recibes un REGALAZO de otra persona a la que no has comprado nada. ¿Cómo te sientes?
2- San Valentín. IDEM. El regalo que compras a tu pareja no está “a la altura” del suyo. ¿Cómo te sientes?
3- Más mundano. Con los amigos, quien más quien menos INVITA a una ronda a todos los demás. Tú NO. ¿Cómo te sientes?

Si la respuesta es mal, o cuanto menos, incómodo, es porque el principio de RECIPROCIDAD está actuando sobre vosotros. Queremos corresponder a esa persona de la misma forma que ella lo ha hecho con nosotros. Ya veis que está ahí, lo queramos o no, y de eso, hay muchos que tratan de aprovecharse.

Tened en cuenta que hablo de REGALOS, hablo de INVITAR, que implícitamente es algo que sale de uno sin esperar nada a cambio. De lo contrario, hablaríamos de INTERCAMBIO o de un PRESTAMO.


PUBLICIDAD

Cada vez que os regalan una muestra de un perfume. Cada vez que se añade un “regalo” al producto que estáis eligiendo (mechandising en bebidas alcohólicas, por ejemplo). Cada vez que un anuncio publicitario os muestra algo de vuestro deseo… se está apelando al principio de RECIPROCIDAD…  

Los publicistas nos “regalan” lo que sea, esperando que nos sintamos mal si no compramos sus productos apelando a ese “sentirnos mal si no…”. Muchas veces no es tan evidente (si no se podría volver en su contra), ni a todas las personas nos afecta por igual el mismo “regalo desinteresado”, pero todo está calculado para que la inversión resulte rentable. No tengáis la menor duda…

¿Aún creéis que las tapas en ciertos bares son “gratis”? De eso nada… Se “regalan”, para que otro día vuelvas al bar. Y volvéis ¿Cierto?


PERSONAS

Pero me interesa mucho más la aplicación de este principio a las relaciones interpersonales. Normalmente, y si sólo hiciéramos caso a lo del “ojo por ojo…” que mencionaba anteriormente, sólo nos acordamos de ser “recíprocos” cuando recibimos un insulto, un mal gesto, una mala contestación, una mala actuación:

-          - Eres un jilipollas…  -Pues tú un subnormal de los cojones.
-          - Me han atendido muy mal, así que voy a poner una reclamación.
-          - ¿Una bofetada? Pues yo un puñetazo.

Somos así, ¿verdad? pero... ¿Podría ser diferente?

CAMBIO

Para mí, lo que sería deseable -en el mundo ese de “la piruleta” en el que pretendo vivir algún día- es; que TODOS nos comportáramos correctamente con el resto de personas que nos rodean, y de esa forma, siguiendo el tema éste de la reciprocidad, -que para algunas cosas ya hemos visto que FUNCIONA-, los demás quizás terminen por comportarse de igual forma respecto a nosotros.

Si fuéramos mejores personas y además, consiguiéramos evitar/detener el mal impulso que nos producen las personas tóxicas, creo que seríamos más felices y haríamos de nuestro entorno, un lugar mejor.

¿Por qué nos cuesta ser amables? ¿Por qué nos cuesta sonreír? ¿Por qué nos cuesta ser considerados con los demás?

Creo que todavía no cobran por estas cosas y desde luego, opino que si predicamos con el ejemplo y los demás toman nota de nuestro cambio de actitud, puede ser que algo ocurra.


Un cordial saludo a todos.

Juan Felix Ibarreche

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo. De hecho, yo mismo, hace tiempo que trato de poner en práctica algo parecido y en algunas ocasiones (seguramente menos de las que debiera) he mandado cartas de agradecimiento o felicitación a personas que consideraba que lo merecían (concretamente recuerdo haberlo hecho con un médico y un profe que me impresionó). Además, no se lo mandé a ellos sino al hospital y al centro en el que trabajaban para que el reconocimiento fuera público y he de decir que el hacerlo me dejó una grata sensación por lo que trataré de repetirlo cuando tenga ocasión. Lo triste es que no siempre recibes un trato merecedor de este tipo de cosas.
    Y para dar muestra de ello, aprovecho para felicitarte una vez más por tu blog que sabes que te sigo. Tenemos pendiente una birra.

    ResponderEliminar